1. ¿CUÁNDO DEBO USAR PROTECCIÓN SOLAR?

Aunque la vitamina D es vital para el desarrollo de las funciones de nuestro cuerpo, es igual de importante proteger nuestra piel frente a sol y los rayos UVA y UVB.

Todos los días sin excepción debemos proteger nuestro rostro frente a los agentes externos como el sol, incluso en días nublados, incluso en días que no tomemos el sol de manera directa.

La vitamina D la absorbe nuestra piel con 15 minutos de exposición al día, evitando las horas centrales del día que pueden dañar nuestra piel. El resto del tiempo nuestra piel debe estar protegida.

Para un correcto uso, debe aplicarse la crema 30 minutos antes de la exposición al sol, pues los filtros solares han de ser absorbidos por las capas más profundas de nuestra piel para que el efecto de la crema sea completo.

2. ¿QUÉ SIGNIFICA EL NÚMERO DE SPF DE LA CREMA SOLAR?

El Factor de Protección Solar (FPS o SPF) que aparece indicado en las cremas solares indica el tiempo que la piel puede estar expuesta al sol sin quemarse, aunque este tiempo se verá afectado por los diferentes fototipos de piel.

Por ejemplo, las pieles más claras de fototipo tipo I, pueden resistir al sol sin quemarse unos 10 minutos. Así pues, una crema con un factor de protección solar 30, multiplicará por 30 el tiempo que una persona con ese tipo de piel puede estar expuesta al sol. Es decir, si una persona con este tipo de piel, una vez aplicada la crema, podría estar al sol durante unos 300 minutos sin quemarse. Una piel del tipo 2 puede resistir 20 minutos al sol sin quemarse por lo que, al aplicar una crema de 50 FPS, puede estar expuesta al sol durante 1.000 minutos sin quemarse.

Existen diversos factores que disminuyen la eficacia de la protección de las cremas, como la sudoración, el contacto con el agua y con la arena de la playa, o el efecto de la fricción con la ropa. Por ello, según indican los especialistas, se aconseja aplicar crema sobre la piel en intervalos más cortos de tiempo: al menos cada dos horas.

3. ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE UNA PIEL SECA Y UNA PIEL DESHIDRATADA?

Aunque ambas pieles, seca y deshidratada, pueden tener un aspecto similar:

Falta de luminosidad, tono apagado y mate, descamación, tirantez… La deshidratación de la piel es una condición temporal que se puede dar en todo tipo de pieles y que corresponde a una falta de agua en la superficie de la piel;

mientras que la piel seca es un tipo de piel que produce menos lípidos sebáceos, y tiene una mayor pérdida transepidérmica de agua.

En definitiva, la principal diferencia entre una piel seca y otra deshidratada es que la piel seca carece de componentes grasos y se trata de un estado permanente de la piel, mientras que la piel deshidratada de lo que carece es de agua, y es temporal.

4. ¿NECESITO PONER CREMA E HIDRATAR SI MI PIEL ES GRASA?

Uno de los errores más frecuentes es pensar que la piel grasa no necesita hidratación. La piel grasa también necesita hidratación todos los días, pero es importante que estas cremas hidratantes sean libres de grasas (oil free), que controlan los brillos y regulan la producción excesiva de sebo en la piel, texturas más fluidas que no obstruya el poro.

Características de la piel grasa: poros dilatados, propensa a los puntos negros, las espinillas y los granos suele presentar brillos.

Tener la piel grasa no implica tenerla más o menos hidratada. Es más, si uno tiene la piel grasa y no se aplica crema hidratante, la piel interpreta que está seca y pone a funcionar más las glándulas sebáceas para producir más grasa.

Para evitar esto es aconsejable una correcta hidratación.

Además de la hidratación diaria, los dermatólogos aconsejan una buena limpieza diaria, por la mañana y por la noche, pero usando productos que no sean muy agresivos, y que esté formulados para este tipo de piel.

5. ¿CUÁL ES EL ORDEN CORRECTO PARA UTILIZAR MIS PRODUCTOS COSMÉTICOS?

1. Limpieza: Ya sea una limpieza sencilla o una más en profundidad,  la limpieza es uno de los pasos fundamentales y más importantes en tu rutina cosmética.

2. Sérum o ampollas. Hay momentos en los que la piel necesite un aporte extra. Bien porque está deshidratada, o porque agentes externos como el uso de la mascarilla desequilibran nuestra piel. Con la piel limpia aplica tu concentrado, y conseguirás una penetración mayor de los activos.

3.Contorno de ojos. La zona de alrededor de los ojos es una de las más susceptibles y de las primeras en las que se empiezan a notar los signos del envejecimiento a partir de los 25 años, la edad en la que los expertos recomiendan usar contorno de ojos dos veces al día: por la mañana y por la noche.

4. Crema hidratante. Elige una crema hidratante que se adapte a tu tipo de piel (seca, grasa, mixta , sensible…) y a aquello que te preocupe más (falta de luminosidad, pieles maduras, hidratación. )

5. Protector solar. Todos los días del año debemos terminar con un factor de protección que nos aporte la «barrera» necesaria contra los rayos UVA y UVB tanto en verano como en invierno.

6. ¿QUÉ SIGNIFICA AHA?

Los alfa-hidroxiácidos (AHA) son ácidos hidrosolubles llamados transformadores de la piel. A este grupo pertenecen el ácido glicólico, ácido málico, ácido cítrico, ácido láctico… y otros más.

Tienen propiedades como unificadores del tono y reductores de la apariencia de arrugas. 

Son exfoliantes al mejorar la textura, tono de la piel y luminosidad. Reducen el grosor del estrato córneo, ayudan a su renovación, lo suavizan.

Son hidratantes al evitar la pérdida de agua transepidérmica y a su vez incrementan la hidratación consiguiendo un aumento del volumen epidérmico, mejorando así incluso el aspecto de las finas líneas de la epidermis.

Se deben evitar en las pieles sensibles, intolerantes o que presenten alguna patología como rosácea o dermatitis atópica. Ideales en tratamiento de pieles acnéicas de uso diario, por la noche, o semanal según la concentración y pH.

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